viernes, 1 de marzo de 2013

Daniel Barrales: “Me dolió la salida porque el club no me defendió”
 
 
 
 
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El entrenador, Daniel Barrales, visitó el programa Planeta 103 de Radio Local donde se refirió a su salida tras trece años de trabajo en el basquetbol de Racing Club. No esquivó a ninguna pregunta, rompió el silencio y contó todo los pormenores acerca de la no continuidad en la institución “Albiceleste”.
Desencuentros
En principio, Daniel Barrales comentó: “Terminamos el 2012 realmente muy conformes con el trabajo realizado desde la función que me tocaba cumplir. En diciembre tuve una charla con el presidente del club (Hugo Ventieri) a raíz de los proyectos que tenía una subcomisión que se había formado. Tuve algunas diferencias con sus integrantes en algunos aspectos en los que no coincidíamos en relación a la tarea que se acercaron a realizar en la institución”.
“Fue un grupo de gente que se acercó a colaborar antes que sufriéramos el incendio en el club que fue cuando incorporamos a mi hermano Fabián (Barrales) en la institución, donde trabajó durante dos años. Al hacerse cargo del sueldo de Fabián decidieron que no continúe trabajando en el club. Los integrantes de ese grupo quisieron hacer una subcomisión donde pusieron todos los cargos, pero la relación nunca fue clara”, señaló.
Seguidamente, expresó: “Todo se fue desvirtuando porque cuando el club me contrató lo hizo como entrenador, pero la subcomisión quiso tener ingerencia en las decisiones deportivas que no formaban parte del arreglo que tenía con la institución y fueron pasando muchas cosas en las que no coincidíamos. Aunque nunca me enteré si la comisión del club aprobó la subcomisión”.

Su salida
“En los primeros días del mes recibí una llamada del presidente del club porque pretendía reunirse conmigo. Previamente me había reunido con Marcelo Corraro y Marcelo Fabrizio, ambos de la subcomisión, donde debatimos varias cosas, entre ellas, que nos venían a Mariano (Mansilla) y a mí desganados. Aunque de ser así, los chicos se dan cuenta y si no reciben atención se van solos, y nunca tuve una baja superior a la normal en relación a cantidad de jugadores”, subrayó.
Luego, consignó: “Me reuní con el presidente y me comunicó que no tenía más lugar en el club, que la relación era insostenible, aunque desde que me contrató jamás tuvimos un sí o un no, nadie fue a golpear la puerta de su casa por la escuela de basquet y cumplí con creces los requisitos que me pidieron”.
“Solicité que me brindara una explicación para saber cual era el motivo de mi salida, sin encontrar una respuesta valedera, pero a raíz de su comentario sobre la relación insostenible la tomé como que la directiva no era solamente suya, sino que provenía también desde la subcomisión”, puntualizó.
Y añadió: “Nunca pude lograr tener una reunión con la subcomisión y con el presidente todos juntos, siempre por separado y debido al tiempo que trabajo en los clubes, las cosas se ven venir”.
 “Una vez que me dijo que ya no iba a seguir perteneciendo al club, le expresé que me sentía dolido porque no tenía un motivo justo o una decisión de quienes me contrataron, que en ese caso tendría que haberla aceptado”, soltó.
También, tiró: “Después me di cuenta que era algo personal porque la vicepresidenta y el secretario no sabían que me habían despedido, empecé a atar cabos, pero ya pasó y el club deberá hacerse cargo de aquello que le corresponde”.

Vínculo con Racing
A la vez, remarcó: “Me voy tranquilo porque todo lo que dije que iba a hacer lo llevé a cabo y con creces, seguramente me equivoqué mucho como todo el mundo, pero de buena fe siempre pensando en el club”.
“Todos saben que pertenezco al riñón del club Colón, pero realmente se me hizo muy fuerte el vínculo con Racing porque viví cosas muy fuertes, tuve que jugar, ser chofer, de todo un poco, aunque nunca me arrepentí”, dijo, y siguió: “Más allá de mi sueldo, el club no quería gastar dinero, entonces, todo lo que debía hacer para tratar de mejorar tenía que generarse desde el basquet y encontré familias que colaboraron. El arranque fue sin jugadores, elementos deportivos, sin ropa y el comienzo fue con las cinco pelotas que nos dio la Asociación. Fue un trabajo muy duro, donde me contrataron como entrenador, pero hasta el último año pasé por todo las tareas: utilero, jefe de maestranza, pintor”.
Y acotó: “Tuve varias posibilidades de irme en su momento, aunque siempre busqué el motivo para quedarme pese a promesas más importantes en la faz deportiva. Aunque al ponerle tanto ímpetu, formando, relación con los padres y los chicos, verlo crecer decidí quedarme pese a ofertas más importantes en todo sentido”.
“Me dolió la salida porque el club no me defendió, a mí en el año 2000 me contrato el club y me despiden por una presión externa en relación a quienes me contrataron porque hice y dejé mucho por el basquet del club, soldando, pintando, aunque cada uno tendrá en su conciencia que hizo”, sostuvo.
Y disparó: “Realmente me extraña de gente profesional o empresaria que no hayan tenido la valentía de encarar las cosas de frente a raíz que nunca hubo una pelea, sino que fueron puntos de vista”.

Reconocimiento
“Nunca busqué el reconocimiento de nadie, sino le hubiese puesto la escuela de “El Chino” Barrales, pero no siempre fue de Racing Club. Tampoco como jugador pese a jugar o hacer cosas importantes o como entrenador siendo que fui invitado a un campus de la NBA en Brasil o me reconocen en diferentes puntos del país por el club o selecciones de Chivilcoy. Nunca fue mi estilo”, mencionó.
Y continuó: “El reconocimiento era quizás en este momento cuando aparecen `dos personas´ que nunca habían estado trabajando directamente con el basquet, si colaborando con el club ante algún inconveniente como el incendio, sin reconocer los ocho o diez años que fueron dedicados a sus hijos, que es lo que duele. La vida se encargará de poner las cosas en su lugar”.

En desacuerdo
“El que tiene la billetera gorda manda y tiene opinión. Nunca creí en las subcomisiones porque son muy pocos los casos donde los padres se acercan a trabajar sin tener algo que lo movilice además de su hijo y también pocos piensan que su hijo no es Ginóbili. Mi idea fue siempre hacer ver la realidad y a veces duelen porque a algunos les gusta que les endulcen el oído, no a todos. Mi intención era que trabajen para la escuela de basquet no solamente para la categoría en la que juega su hijo, sino apuntar al futuro del proyecto”.
“Una de las cosas que me molestó mucho fue cuando se empezó a pedir dinero por jugadores, me dio vergüenza ajena y se lo hice saber a los padres porque me los trajeron a mí para que los entrene, pero también los cuide y los forme como personas también”, concluyó.

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